sábado, 16 de abril de 2011

La democracia y la escuela

La democracia y la escuela
Es desde la escuela que cada uno empieza a comprender y adoptar actitudes democráticas, tal es el día de la elección de los representantes de la clase para integrar Cruz Roja escolar, como todos ya sabemos, mediante voto secreto, que consiste en escribir el nombre de un compañero en un papelito sin comentarlo a nadie.
El día era caluroso y quizás por esta razón incómoda, los niños habían tenido una jornada muy inquieta que la maestra deseaba que terminase. Pero... todavía queda lo más importante del día: la práctica democrática de la elección, y sobretodo saber quien es el compañero más votado y por ende el más querido de la clase.
La expectativa reinaba en el salón, puesto que cada uno a la vez quería saber si alguien, por lo menos un compañero lo tenía en cuenta y colocaba su nombre en el papelito.
Ya estaba todo listo, casi en hora de salida se recogieron los votos y comenzaron a leerse y contabilizarse en el pizarrón; es en este momento que por primera vez en el día se hace un silencio absoluto... y el último.
Desde el primer momento la elección fue muy disputada entre Rodrigo, Luis y Silvina, una representante de las niñas contra dos representantes de los varones. Cada voto que se leía y anotaba tenía su festejo en diferentes sectores de la clase; los varones (más bulliciosos) ocupaban los dos primeros lugares de la elección, pero en el transcurso de esta sucede lo inesperado: una seguidilla de votos a favor de Silvina hace que pase a la primera posición y sea la ganadora de la misma. Ahora sí que el bochinche se adueña del salón, no los calla la maestra ni el timbre de salida, las protestas se hacían escuchar; unos sostenían que hubo quienes se habían votado a si mismo, pues tenían un solo voto y además de ser causa de risa esto no se debía de hacer. A Fernando no es esto lo que le molesta, sino que acusa a las niñas de haberse puesto de acuerdo para votar a Silvina, por lo que la elección debía realizarse nuevamente.
La maestra insiste en que se haga silencio, sobretodo a Fernando quien era el más disconforme; la jornada ya había terminado y las protestas seguían, por este motivo creyó conveniente dar la noticia que los representantes elegidos por clase serían dos, por lo que niñas como varones tendrían su representante y de esta manera todos podían quedar conformes... por lo menos casi todos, pues Fernando no lo estaba. Así la maestra pidiendo que salieran sin llevar deberes, les anunció a los pequeños disidentes que para continuar con sus quejas deberían enviar una carta a la dirección redactando lo acontecido y con la petición deseada.
¿Te animarías a redactarla?

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