Dos años habían pasado ya desde que Diamela y Manolo se despidieron de sus compañeros de clase.
Es cierto que durante el transcurso de los años en la escuela, muchos niños se separan del grupo por diferentes razones; unos se cambian de clase, otros se pasan de turno, inclusive algunos pueden quedar repetidores, pero siempre la amistad perdura en el tiempo, los juegos no se terminan por más que el destino lo quiera.
Pero de Diamela y Manolo nunca se supo con exactitud qué fue de ellos, dos divertidos compañeros que se llevaron consigo la alegría de aquella tarde de invierno.
Ahora algo nuevo se palpitaba... no sé, desde tempranas horas, cuando la directora entraba y salía del salón con un papel en la mano, y Lorena que se sentaba cerca del escritorio de la maestra, escuchó decir algo parecido a ingreso...un nuevo niño venía.
En ese continuo barullo en que se encontraba el salón mientras la maestra hablaba con la directora, Lorena aprovechó la ocasión para pasarle el chisme a Fernando, su compañero de banco:
- ¿Escuchaste Fernando? Vamos a tener un nuevo compañero, pues la directora le dijo a la maestra que el niño ingresaba a esta clase.
- ¡Pero!...vos siempre igual Lorena, las mujeres siempre escuchando las conversaciones de los demás, y todavía mal, yo escuché clarito lo que dijo...dijo reingreso, rein-gre-so, toda la clase ya sabe que se trata de Diamela o Manolo¿ te acuerdas de ellos?
- ¡Hay sí! ¿qué despedida tan triste aquel día!
- Bueno; yo nunca vi una despedida alegre Lorena...
En todas las mesas comenzaron los diálogos y los recuerdos, Silvina comentaba que Diamela se encontraba en una escuela no muy lejana a la ciudad, y que sus padres jamás se vieron juntos después de aquel día triste.
- ¡Què lástima! –exclama Irene- era una linda familia.
Luis había recibido noticias de que Manolo se encontraba en un país lejano junto a sus dos padres; razones que todos conocían les obligó a buscar un futuro mejor más allá del horizonte.
Pero...¿les habrá ido mal por aquel país lejano y por eso regresa Manolo?
o ¿será Diamela que regresa a su viejo hogar?...eso nadie lo sabe aún, solamente se sabe que es uno solo y que está por llegar.
Cuando la maestra pide silencio para dar la noticia, la clase entera reclama a gritos que diga el nombre, pues las palabras estaban demás.
La maestra vuelve a pedir silencio y los niños rápidamente acatan para acelerar el palabrerío.
- Niños, mañana van a tener un nuevo compañero.
Cuando la maestra dijo esto más de uno se quiso desmayar, pues todos esperaban ver de nuevo a uno de sus más ansiados compañeros.
- Eso de mañana no me gusta nada, comenta Luis.
- A mi lo que no me gusta es eso de “nuevo” replica Fernando angustiedo.
Por suerte la maestra agrega:
- Creo que ya se conocen... hoy vino a visitarlos Diamela.
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