Yo no sé por qué Penarlo tiene más hinchas varones y Nacional más hinchas mujeres, lo cierto es que siempre se dividen equitativamente en lo que a números se refiere, es la manera más fácil de dividir los equipos cuando se realiza un picadito. Así en las escuelas el partido de los recreos se transforma en algo muy parecido a niñas contra varones, lo que pone más llamativo el encuentro.
Al habilidoso de los varones, Julio, que defendía a Penarlo, lo marcaba la gorda Ramona que era diez veces más grande que él... bueno, por lo menos el doble.
Pero Julio hacía tantas pavadas con la pelota y era tan comilón, que muchas veces se caía o perdía el balón insólitamente, por lo que algunos varones hinchas de Nacional le gritaban a Ramona: ¡dejalo que se marca solo!.
Las practicantas, como les decían los niños, eran dos y jugaban de arquero una para cada lado.
Desde el banco de suplentes, que, aunque parezca mentira existía, brotaba la alegría de los varones que nunca iban a entrar a jugar, pues algunos que eran hinchas de Nacional no querían jugar con las niñas, y Tito que se decía hincha de Penarlo no le gustaba ni sabía de fútbol; cada vez que lo invitaban a jugar respondía, “yo pienso que la pelota pica porque tiene una rana adentro”.
El partido era parejo y entretenido. Faltando poco tiempo atacaba velozmente el habilidoso Julio y cuando dejó larga la pelota, Ramona le pegó un balinazo hacia el arco de Penarlo; la practicanta, viste como hacen cuando ven el peligro, se tapó los ojos con las dos manos y dio medio giro, pensando que a lo mejor la pelota le podía pegar, Nacional se pone arriba en el marcador y Julio debía de compensar su error... y de la golera ni hablamos.
Es así que el pequeño habilidoso cuando tomó contacto con el balón llegó hasta el área rival y corría de un lado a otro buscando a quien dársela para que no le gritasen comilón; Ramona corría desesperada tras de él y en una de esas frenadas de Julio lo saca fuera de la cancha con pelota y todo, penal, gritaron todos los que se dieron cuenta que había sido sin querer. Pero mirá si no lo van a cobrar, si era la última oportunidad de empatar; Julio le pega bien pero todos temían por el arquero y por el timbre del recreo que era el silbato final del partido. Julio le pegó suavecito contra un palo y muchos casi se mueren del corazón, mas aun cuando el arquero la roza con la punta de los dedos antes de entrar el balón al arco, Penarlo logró empatar el encuentro, un resultado que deja contentos a muchos y la revancha podría jugarse a patio lleno.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario